Novela desde 1975 hasta nuestros días. Tendencias, autores y obras principales.
Con la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 se
establece una nueva era para la cultura española: la Transición que, en rigor,
duraría al menos hasta 1982. En este tiempo ocurrieron muchos aspectos
innovadores como la redacción de la Constitución (1976), las primeras
elecciones generales en libertad y la legalización del Partido Comunista (ambas
en 1977), el Golpe de Estado de 1981 y la aplastante mayoría del Partido
Socialista Obrero Español en 1982, lo que luego abriría la posibilidad de
entrar en el Mercado Común europeo, en la OTAN, etc. En este ambiente de
aperturismo, fomentado por la ausencia de censura, se pensó que saldrían a la
luz los textos supuestamente escondidos durante la represión franquista, pero
no fue así.
- "Contra Franco, escríbiamos mejor", chascarrillo literario de la primera Transición.
El panorama narrativo quedaba del siguiente modo: agotamiento por
la década experimental, agotamiento por las décadas de realismo político,
influencia cultural de elementos narrativos de segundo orden, de la publicidad,
de cualquier elemento cultural transversal… En definitiva se vuelve a novelar
pero con el presupuesto del Posmodernismo.
El Postmodernismo surgió después de la primera Guerra Mundial
como una reacción a los fracasos percibidos en el modernismo, cuyos proyectos
artísticos radicales habían llegado a ser asociados con el totalitarismo3 o habían sido asimilados en la cultura
dominante. Las características básicas de lo que ahora llamamos posmodernismo
se pueden encontrar ya en la década de 1940, especialmente en la obra de Jorge Luis Borges.4 Sin embargo, la mayoría de los estudiosos de
hoy están de acuerdo en que el posmodernismo comenzó a competir con la
modernidad a finales de 1950 y ganó ascendencia sobre él en los años 1960.5 Desde entonces, el postmodernismo ha sido
dominante, aunque no indiscutible, fuerza en el arte, la literatura, el cine,
la música, el teatro, la arquitectura y la filosofía. Las características
sobresalientes de la posmodernidad normalmente incluyen el juego irónico con
estilos, citas y niveles narrativos,6 un escepticismo metafísico o nihilismo hacia la "gran narrativa" de la cultura
occidental,7 una preferencia por lo virtual a expensas de
lo real (o más exactamente, un cuestionamiento fundamental de lo que "lo
real" constituye)8 y una "disminución del afecto"9 por parte del sujeto, que se encuentra
atrapado en el libre juego de lo virtual, signos interminables y
reproducibles que inducen un estado de conciencia similar a la esquizofrenia.10
https://es.wikipedia.org/wiki/Pospostmodernismo
|
Y, desde hace veinte años, Postposmodernimo:
Desde finales de 1990
ha habido una pequeña pero creciente sensación tanto en la cultura popular
como en el mundo académico de que la posmodernidad "ha pasado de
moda."11 Sin embargo, ha habido pocos intentos
formales para definir y nombrar la época sucesiva al posmodernismo, y ninguna
de las designaciones propuestas todavía se ha convertido en parte del uso
corriente.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pospostmodernismo
|
En las
últimas décadas se observa una pluralidad de tendencias con una corriente
general: se vuelve al relato, bien por el cansancio de la renovación de la
etapa precedente bien porque se recuperan subgéneros en los que hay que contar
una historia (novela policiaca, realismo histórico...). Algunas de las
tendencias de esta época son:
1. La primera no es propiamente una tendencia, pero sí, la
recuperación de nuestro patrimonio narrativo pues, sigue habiendo escritores de
las épocas anteriores con una producción
adaptada a los nuevos tiempos:
·
Camilo José Cela,
Miguel Delibes o Gonzalo Torrente Ballester, que empezaron a escribir en los 40
y han pasado por todas las tendencias. Madera
de boj (1999), El hereje (1998), Doménica (1999) son, respectivamente,
sus últimas obras.
·
Carmen Martín Gaite, Ana
María Matute, Juan Marsé, Juan Goytisolo ya escribían en el realismo de los
cincuenta y, sobre todo, en los años ochenta, siguen publicando. Lo raro es vivir (1997), Olvidado rey Gudú (1996), Rabos de lagartija (2000), Paisajes después de la batalla (1982)
son, respectivamente, sus obras más celebradas de este periodo.
·
Francisco Ayala o Rosa
Chacel representan a los exiliados y la reconciliación nacional. En esta época
publicaron El jardín de las malicias
(1988) y Barrio de maravillas (1976),
respectivamente.
2. La metanovela o metaficción. La propia novela explica el
germen de la creación. Papel
mojado de Juan José Millás
(1983) o La orilla
oscura de José María Merino
(1992), son ejemplos de esta tendencia.
3. Novela lírica. Se busca la perfección formal. La lluvia amarilla de Julio Llamazares (1988) o La fuente de la edad de Luis Mateo Díez (1986).
4. Novela autobiográfica. La experiencia personal o los
recuerdos de otros conforman un diario estéticamente impecable. Destaca en esta
tendencia la novela femenina. Corazón
tan blanco (1992), Javier
Marías; El somier (1990), Luisa Castro.
5. Novela histórica. La vuelta al relato es evidente y
además, destaca el uso de una documentación profusa y una ironía fina, como en La verdad sobre el caso Savolta (1975) obra fundamental tanto en
la tendencia histórica como en la policiaca. Es de Eduardo Mendoza. Lourdes
Ortiz plantea una unión de la novela histórica y el relato de mujeres en
el retazo de la vida de la reina
castellana Urraca (1982). Es frecuente que el asunto histórico
esté ambientado en la Guerra Civil, como Soldados
de Salamina, de Javier Cercas (2001).
6.
Novela policiaca, de
intriga o negra. La serie Carvalho de Vázquez Montalbán o las primeras
novelas de Pérez Reverte atestiguan la vuelta a un subgénero en el que priman
el narrador y la intriga.
Otras
tendencias son la novela culturalista (Luis Antonio de Villena), erótica (Almudena
Grandes) y la vuelta al realismo desde
una perspectiva social: es el realismo-crónica de nuestro tiempo (Belén
Gopegui) o un mero reflejo de lo más
descabalado (realismo sucio, Historias
del Kronen, de J. Á. Mañas).
Es
destacable el aumento de narraciones cortas o cuentos que hay en esta época,
así como el intenso consumismo de los premios literarios y el consecuente negocio
editorial y el mercantilismo publicitario de la literatura (“novela de
mujeres”, por ejemplo).
Son muchas las tendencias, se
relacionan entre sí, se mezclan o toman cosas de algunas para construir otras,
pero lo que prima en todas ellas es el uso de la ironía respecto a novelas
anteriores.
http://www.veoh.com/videos/v1813517783MHk99d Historias
del Kronen
No hay comentarios:
Publicar un comentario